Löydetty 543 Tulokset: camino

  • Jacob, por su parte, siguió su camino y le salieron al encuentro Angeles de Dios. (Génesis 32, 2)

  • Dios dijo a Jacob: "Ponte en camino, sube a Betel. Allí te establecerás y levantarás un altar al Dios que se te apareció cuando ibas huyendo de tu hermano Esaú.» (Génesis 35, 1)

  • Así es como murió Raquel y fue sepultada en el camino de Efratá (que es Belén). (Génesis 35, 19)

  • Alguien informó a Tamar de que su suegro iba camino de Timna, para la esquila de su rebaño. (Génesis 38, 13)

  • Ella entonces se sacó sus ropas de viuda, se cubrió con un velo, y con el velo puesto fue a sentarse a la entrada de Enaín, que está en el camino a Timna, pues veía que Sela era ya mayor, y todavía no la había hecho su mujer. (Génesis 38, 14)

  • Entonces preguntó a la gente del lugar: «¿Dónde está la prostituta que se sienta en Enaín, al borde del camino?» Le respondieron: «Nunca ha habido prostituta alguna por allí.» (Génesis 38, 21)

  • Luego lo hizo subir a la segunda carroza del palacio e iban gritando delante de él: «¡Abran camino!» Así quedó José al frente de todo el país de Egipto. (Génesis 41, 43)

  • José mandó llenar de trigo sus bolsas, devolverle a cada uno dentro de su bolsa su dinero, y también que se les dieran provisiones para el camino. Y así se hizo. (Génesis 42, 25)

  • Así lo hicieron los hijos de Israel. José les consiguio carretas según la orden de Faraón, y los proveyó de víveres para el camino. (Génesis 45, 21)

  • Después despidió a sus hermanos, que se fueron, pero antes les recomendó que no pelearan por el camino. (Génesis 45, 24)

  • También debes saber que cuando yo regresaba de Padán, tu madre Raquel se me murió en el camino, en el país de Canaán, poco antes de llegar a Efratá, y la enterré allí, (en el camino de Efrat, que es Belén).» (Génesis 48, 7)

  • Será como serpiente en el camino, como víbora en el sendero, que muerde los talones del caballo, y hace caer de espaldas al jinete. (Génesis 49, 17)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina