Fundar 493 Resultados para: muerte
Después de la muerte de Saúl, David, que había vuelto a derrotar a los amalecitas, estuvo dos días en Sicelag. (II Samuel 1, 1)
Saúl y Jonatán, tan queridos y amados, no fueron separados ni en la vida ni en la muerte; más veloces que águilas, más fuertes que leones. (II Samuel 1, 23)
¿Cómo cayeron los héroes en medio del combate? ¡Jonatán!, en tu muerte he quedado sin consuelo; (II Samuel 1, 25)
Joab y su hermano Abisay mataron a Abner porque había dado muerte a su hermano Asael en la batalla de Gabaón. (II Samuel 3, 30)
que si al que me anunció la muerte de Saúl creyendo que me daba una buena noticia, yo lo agarré y lo maté en Sicelag en lugar de darle una recompensa, (II Samuel 4, 10)
Y Mical, hija de Saúl, no tuvo hijos hasta el día de su muerte. (II Samuel 6, 23)
Derrotó también a los moabitas, los hizo echarse a tierra y los midió con la cuerda. Condenó a muerte dos medidas de cuerda y dejó con vida una medida completa. Los moabitas quedaron sometidos a David y le pagaron tributo. (II Samuel 8, 2)
David se dijo: "Yo trataré con benevolencia a Janún, hijo de Najás, como su padre me trató a mí". David le envió una embajada de pésame por la muerte de su padre. Pero cuando los servidores de David llegaron a la tierra de Amón, (II Samuel 10, 2)
David montó en cólera contra aquel hombre y dijo a Natán: "Vive el Señor, que el que ha hecho tal cosa es digno de muerte, (II Samuel 12, 5)
Entretanto cesó la indignación del rey contra Absalón, porque ya se había consolado de la muerte de Amnón. (II Samuel 13, 39)
Y ahora todo el clan se levanta contra tu sierva y dice: Entréganos al que mató a su hermano y le daremos muerte por la vida de su hermano, a quien mató, y acabaremos al mismo tiempo con el heredero. Y quieren apagar así la chispa que me queda, para no dejar a mi marido ni nombre ni descendencia sobre la faz de la tierra". (II Samuel 14, 7)
Itay respondió al rey: "Vive el Señor y vive mi señor, el rey, que en el lugar donde esté mi señor, el rey, para la muerte o para la vida, allí estará tu siervo". (II Samuel 15, 21)