Fundar 99 Resultados para: falsos maestros

  • Entonces unos maestros de la ley dijeron: "¡Bien dicho, maestro!". (Lucas 20, 39)

  • "Guardaos de los maestros de la ley, a los que les gusta llevar vestidos ostentosos, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros puestos en las sinagogas (Lucas 20, 46)

  • Y los sumos sacerdotes y los maestros de la ley buscaban la manera de quitarlo de en medio, pues temían al pueblo. (Lucas 22, 2)

  • Al amanecer, celebraron consejo los ancianos del pueblo, los sumos sacerdotes y los maestros de la ley; lo llevaron al tribunal (Lucas 22, 66)

  • Por su parte, los sumos sacerdotes y los maestros de la ley estaban allí y lo acusaban duramente. (Lucas 23, 10)

  • Los maestros de la ley y los fariseos le llevaron una mujer sorprendida en adulterio, la pusieron en medio y le dijeron: (Juan 8, 3)

  • Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los maestros de la ley. (Hechos 4, 5)

  • Con esto amotinaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley, los cuales se echaron sobre él, lo prendieron y lo llevaron al tribunal supremo. (Hechos 6, 12)

  • Después presentaron testigos falsos, que dijeron: "Este hombre no cesa de decir palabras contra este lugar santo y contra la ley; (Hechos 6, 13)

  • "Amigos, ¿por qué hacéis esto? Nosotros somos hombres como vosotros, que hemos venido a anunciaros que dejéis los dioses falsos y os convirtáis al Dios vivo, que ha hecho el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. (Hechos 14, 15)

  • Se produjo un gran alboroto. Algunos maestros de la ley de la parte de los fariseos se levantaron y afirmaron enérgicamente: "Nosotros no encontramos nada malo en este hombre. ¿Y si le ha hablado un espíritu o un ángel?". (Hechos 23, 9)

  • a otro el don de hacer milagros; a otro el decir profecías; a otro el saber distinguir entre los espíritus falsos y el Espíritu verdadero; a otro hablar lenguas extrañas, y a otros saber interpretarlas. (I Corintios 12, 10)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina