Fundar 362 Resultados para: agua

  • Luego tomó el becerro que habían hecho, lo quemó y lo molió hasta redurcirlo a polvo, que esparció en el agua, y se lo dio a beber a los israelitas. (Exodo 32, 20)

  • Moisés estuvo allí con Yahveh cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua. Y escribió en las tablas las palabras de la alianza, las diez palabras. (Exodo 34, 28)

  • Pondrás la pila entre la Tienda del Encuentro y el altar, y echarás agua en ella. (Exodo 40, 7)

  • Después mandarás que Aarón y sus hijos se acerquen a la entrada de la Tienda del Encuentro y los lavarás con agua. (Exodo 40, 12)

  • Situó la pila entre la Tienda del Encuentro y el altar, y echó en ella agua para las abluciones; (Exodo 40, 30)

  • El lavará con agua las entrañas y las patas y el sacerdote lo quemará todo en el altar. Es un holocausto, un manjar abrasado de calmante aroma par Yahveh. (Levítico 1, 9)

  • Lavará él con agua las entrañas y las patas, y el sacerdote lo ofrecerá todo y lo quemará en el altar. Es un holocausto, un manjar abrasado de calmante aroma para Yahveh. (Levítico 1, 13)

  • La vasija de barro en que haya sido cocida se romperá; y si ha sido cocida en vasija de bronce, ésta se fregará y lavará con agua. (Levítico 6, 21)

  • Moisés mandó entonces que Aarón y sus hijos se acercaran y los lavó con agua. (Levítico 8, 6)

  • después de lavar en agua las entrañas y las patas, Moisés quemó todo el carnero en el altar, como holocausto de calmante aroma, manjar abrasado para Yahveh, como Yahveh había mandado a Moisés. (Levítico 8, 21)

  • Pero serán cosa abominable para vosotros todos los que carezcan de aletas y escamas, entre todos los que bullen en las aguas, en mares y ríos, y entre todos los demás animales que viven en el agua. (Levítico 11, 10)

  • Quedará impuro cualquier objeto sobre el que caiga uno de sus cadáveres; ya sea un instrumento de madera, o un vestido, una piel, un saco o cualquier utensilio. Será metido en agua y quedará impuro. (Levítico 11, 32)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina