Fundar 99 Resultados para: prueba

  • Veamos pues si lo que dice es verdad y hagamos la prueba: ¿cómo se librará? (Sabiduría 2, 17)

  • después de una corta prueba recibirán grandes recompensas. Sí, Dios los puso a prueba y los encontró dignos de él. (Sabiduría 3, 5)

  • Para ellos la prueba no había sido más que una suave corrección, en cambio veían cuan gran castigo atormentaba a los impíos, cuando los azotaba tu justa cólera. (Sabiduría 11, 9)

  • Pusiste a prueba a tu pueblo como un padre corrige a su hijo, pero a sus enemigos los condenaste como lo hace un rey severo. (Sabiduría 11, 10)

  • Eran mordeduras de langostas y de moscas que les provocaban la muerte, sin que se encontrara remedio para mantenerlos con vida: esa era la prueba de que tenían ese castigo totalmente merecido. (Sabiduría 16, 9)

  • Un hombre intachable tomó inmediatamente su defensa con las armas de su ministerio: la oración y el incienso de los sacrificios expiatorios. Así enfrentó a tu cólera, Señor, y puso fin a su prueba: vieron entonces que era tu servidor. (Sabiduría 18, 21)

  • Si te has decidido a servir al Señor, prepárate para la prueba. (Sirácides (Eclesiástico) 2, 1)

  • Al principio lo llevará por caminos ásperos, le provocará miedos y sustos; lo agotará con su disciplina hasta el momento en que pueda contar con él; multiplicará sus exigencias para ponerlo a prueba. (Sirácides (Eclesiástico) 4, 17)

  • Si has encontrado un nuevo amigo, comienza por ponerlo a prueba, no le otorgues demasiado pronto tu confianza. (Sirácides (Eclesiástico) 6, 7)

  • Es para él una carga pesada, una prueba difícil, y pronto la tirará. (Sirácides (Eclesiástico) 6, 21)

  • La hora de la prueba hace olvidar todos los placeres, al acabarse la vida de un hombre es cuando sus acciones se aprecian. (Sirácides (Eclesiástico) 11, 27)

  • No pienses hablarle de igual a igual, no te fíes de todas sus palabras; todas esas palabras son una manera de ponerte a prueba, quiere sopesarte mostrando interés por ti. (Sirácides (Eclesiástico) 13, 11)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina