Found 89 Results for: Rey de Tiro

  • Los de Bet Togarma cambiaban tus artículos por caballos de tiro, de carrera y mulos. (Ezequiel 27, 14)

  • En su dolor entonarán por ti una elegía, lanzarán estos lamentos: ¿Quién era como Tiro, que ahora está muda en medio del mar? (Ezequiel 27, 32)

  • "Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Esto dice el Señor Dios: Tu corazón se ha enorgullecido y has dicho: Un dios soy yo, en la morada de un dios habito, en medio del mar. Tú, que eres un hombre y no un dios, has equiparado tu corazón al corazón de Dios. (Ezequiel 28, 2)

  • "Hijo de hombre, entona una elegía sobre el príncipe de Tiro. Le dirás: Esto dice el Señor Dios: Tú eras el dechado de la perfección, lleno de sabiduría y de espléndida belleza. (Ezequiel 28, 12)

  • "Hijo de hombre, Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha emprendido con su ejército grandes movimientos contra Tiro. Toda cabeza ha quedado calva, toda espalda llagada; pero no ha obtenido de Tiro, ni para sí ni para sus tropas, ninguna ventaja del trabajo ejecutado contra ella. (Ezequiel 29, 18)

  • Por sus esfuerzos hechos contra Tiro, realizados por mi causa, les he dado como paga el país de Egipto, dice el Señor Dios. (Ezequiel 29, 20)

  • En lugar del sacrificio cotidiano puso la perversidad y tiró por tierra la verdad. Así logró actuar con éxito. (Daniel 8, 12)

  • Y vosotros, ¿qué tenéis que ver conmigo, Tiro, Sidón y regiones todas de Filistea? ¿Me vais a pedir cuentas acaso de mi proceder? ¿Queréis vengaros de mí? Entonces rápidamente haré recaer la venganza sobre vuestra cabeza: (Joel 4, 4)

  • Esto dice el Señor: Por tres crímenes de Tiro y por cuatro no le perdonaré; por haber vendido la población entera cautiva a Edón sin respetar el pacto entre hermanos, (Amós 1, 9)

  • prenderé fuego a los muros de Tiro y devorará sus palacios. (Amós 1, 10)

  • Y también Jamat, su vecina, Tiro y Sidón, tan sabias ellas. (Zacarías 9, 2)

  • Tiro construyó una fortaleza, amontonó plata como polvo y oro como el polvo de las plazas. (Zacarías 9, 3)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina