Found 244 Results for: buen testimonio

  • A la noche siguiente se le apareció el Señor y le dijo: «¡Animo!, pues como has dado testimonio de mí en Jerusalén, así debes darlo también en Roma.» (Hechos 23, 11)

  • Con el auxilio de Dios hasta el presente me he mantenido firme dando testimonio a pequeños y grandes sin decir cosa que esté fuera de lo que los profetas y el mismo Moisés dijeron que había de suceder: (Hechos 26, 22)

  • Pero ahora os recomiendo que tengáis buen ánimo; ninguna de vuestras vidas se perderá; solamente la nave. (Hechos 27, 22)

  • Le señalaron un día y vinieron en mayor número adonde se hospedaba. El les iba exponiendo el Reino de Dios, dando testimonio e intentando persuadirles acerca de Jesús, basándose en la Ley de Moisés y en los Profetas, desde la mañana hasta la tarde. (Hechos 28, 23)

  • El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. (Romanos 8, 16)

  • en la medida en que se ha consolidado entre vosotros el testimonio de Cristo. (I Corintios 1, 6)

  • Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo, como buen arquitecto, puse el cimiento, y otro construye encima. ¡Mire cada cual cómo construye! (I Corintios 3, 10)

  • El motivo de nuestro orgullo es el testimonio de nuestra conciencia, de que nos hemos conducido en el mundo, y sobre todo respecto de vosotros, con la santidad y la sinceridad que vienen de Dios, y no con la sabiduría carnal, sino con la gracia de Dios. (II Corintios 1, 12)

  • Pues nosotros somos para Dios el buen olor de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden: (II Corintios 2, 15)

  • Así pues, siempre llenos de buen ánimo, sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, vivimos lejos del Señor, (II Corintios 5, 6)

  • Estamos, pues, llenos de buen ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. (II Corintios 5, 8)

  • de forma que rogamos a Tito llevara a buen término entre vosotros esta generosidad, tal como la había comenzado. (II Corintios 8, 6)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina