Found 19 Results for: Naamán

  • Los hijos de Benjamín: Belá, Béquer, Asbel, Guerá, Naamán, Ejí, Ros, Mupím, Jupím y Ard. (Génesis 46, 21)

  • Los hijos de Belá fueron Ard y Naamán. De Ard, el clan de los arditas; de Naamán, el clan de los naamanitas. (Números 26, 40)

  • Naamán, general del ejército del rey de Arám, era un hombre prestigioso y altamente estimado por su señor, porque gracias a él, el Señor había dado la victoria a Arám. Pero este hombre, guerrero valeroso, padecía de una enfermedad en la piel. (II Reyes 5, 1)

  • En una de sus incursiones, los arameos se habían llevado cautiva del país de Israel a una niña, que fue puesta al servicio de la mujer de Naamán. (II Reyes 5, 2)

  • Naamán fue y le contó a su señor: "La niña del país de Israel ha dicho esto y esto". (II Reyes 5, 4)

  • El rey de Arám respondió: "Está bien, ve, y yo enviaré una carta al rey de Israel". Naamán partió llevando consigo diez talentos de plata, seis mil siclos de oro y diez trajes de gala, (II Reyes 5, 5)

  • y presentó al rey de Israel la carta que decía: "Al mismo tiempo que te llega esta carta, te envío a Naamán, mi servidor, para que lo libres de su enfermedad". (II Reyes 5, 6)

  • Naamán llegó entonces con sus caballos y su carruaje, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. (II Reyes 5, 9)

  • Pero Naamán, muy irritado, se fue diciendo: "Yo me había imaginado que saldría él personalmente, se pondría de pie e invocaría el nombre del Señor, su Dios; luego pasaría su mano sobre la parte afectada y curaría al enfermo de la piel. (II Reyes 5, 11)

  • Pero Eliseo replicó: "Por la vida del Señor, a quien sirvo, no aceptaré nada". Naamán le insistió para que aceptara, pero él se negó. (II Reyes 5, 16)

  • Naamán dijo entonces: "De acuerdo; pero permite al menos que le den a tu servidor un poco de esta tierra, la carga de dos mulas, porque tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses, fuera del Señor. (II Reyes 5, 17)

  • Eliseo le respondió: "Vete en paz". Después que Naamán se alejó a una cierta distancia de Eliseo, (II Reyes 5, 19)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina