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Yo, Tobit, he andado siempre por los caminos de la verdad y la justicia todos los días de mi vida y he dado limosna a mis hermanos y compatriotas que conmigo fueron desterrados a Nínive, en Asiria. (Tobías 1, 3)
Con tus bienes haz limosna en beneficio de todos los que practican la justicia y el bien, y no vuelvas la cara al pobre, para que el Señor no aparte su rostro de ti. (Tobías 4, 7)
Da limosna según tus posibilidades. (Tobías 4, 8)
pues la limosna nos libra de la muerte y nos guarda de andar en tinieblas. (Tobías 4, 10)
Además, para el que da, su limosna le queda como un precioso depósito ante el Altísimo. (Tobías 4, 11)
Es buena la oración con ayuno, limosna y justicia. Es mejor tener poco con honradez que mucho con injusticia. Es mejor dar al pobre que amontonar tesoros, (Tobías 12, 8)
ya que la limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna tendrán larga vida. (Tobías 12, 9)
Tobit murió en paz a la edad de ciento doce años y fue sepultado dignamente en Nínive. Tenía sesenta y dos años cuando quedó ciego; después de recuperar la vista vivió feliz, practicó la limosna, alabó siempre a Dios y proclamó sus grandezas. (Tobías 14, 2)
Ahora yo les recomiendo que sirvan a Dios y hagan lo que le agrada. Enseñen a sus hijos la justicia y la limosna. Enséñenles también a alabar a Dios y a bendecir su Nombre en todo tiempo y con todas sus fuerzas. (Tobías 14, 8)
Ya ves lo que hizo Nadab con Ajikar, que lo había criado: lo enterró vivo, pero Dios castigó su injusticia. Sacó a Ajikar a la luz y a Nadab lo bajó a las tinieblas eternas por haber intentado matarlo. Ajikar, por dar limosna, se libró de la muerte tramada por Nadab; en cambio, éste cayó en la trampa y pereció. (Tobías 14, 10)
Vean ustedes adónde lToba la limosna, y adónde la injusticia: a la muerte. Pero siento que me falta aliento.» Lo tendieron en la cama y murió. Se le dio honrosa sepultura. (Tobías 14, 11)
para recordar que en esos días los judíos se habían librado de sus enemigos y que, en ese mes, su angustia se había cambiado en felicidad y su duelo en día de fiesta. Los convidaba, pues, a que ese día lo pasaran alegremente, se enviaran regalos unos a otros y dieran limosna a los pobres. (Ester 9, 22)