1. El Señor es rey, tiemblen las naciones; se sienta sobre querubines, vacile la tierra.

2. El Señor es grande en Sión, domina sobre todos los pueblos.

3. Alabado sea su nombre grande y terrible, Dios es santo.

4. La fuerza de un rey está en amar la justicia: tú has fundado el derecho; tú ejerces en Jacob la justicia y el derecho.

5. Alabad al Señor, nuestro Dios, hincaos de rodillas ante el estrado de sus pies. Dios es santo.

6. Moisés y Aarón, entre sus sacerdotes, y Samuel entre los que invocaban su nombre; llamaban al Señor y él les respondía.

7. Les hablaba en la columna de nube, guardaban sus preceptos y las leyes que les había dado.

8. Señor, Dios nuestro, tú los escuchabas, tú eras para ellos un Dios paciente, aunque castigabas sus delitos.

9. Alabad al Señor, nuestro Dios, hincaos de rodillas ante su monte santo. El Señor, nuestro Dios, es santo.





“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina