Gefunden 222 Ergebnisse für: fuerza

  • Tú sacaste a tu pueblo Israel de Egipto, entre maravillas y prodigios, con la fuerza de tu mano, y desplegando tu poder e infundiendo gran terror. (Jeremías 32, 21)

  • Moab ha perdido toda su fuerza, su brazo se ha quebrado -dice el Señor-. (Jeremías 48, 25)

  • Esto dice el Señor omnipotente. Yo rompo el arco de Elán, lo mejor de su fuerza viril. (Jeremías 49, 35)

  • Aprende dónde está la prudencia, dónde la fuerza, dónde la inteligencia, para saber con ello dónde está la longevidad y la vida, dónde la lumbre de los ojos y la paz. (Baruc 3, 14)

  • en ti se descubre la desnudez del propio padre, en ti se fuerza a la mujer en la menstruación. (Ezequiel 22, 10)

  • Hay quien comete adulterio con la mujer de su prójimo, quien mancha con crimen nefando a su nuera, quien fuerza a su hermana, a la hija de su propio padre. (Ezequiel 22, 11)

  • Di a la casa de Israel: Esto dice el Señor Dios: Mirad, voy a profanar mi santuario, orgullo de vuestra fuerza, delicia de vuestros ojos, amor de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas, que habéis dejado, caerán a espada. (Ezequiel 24, 21)

  • Y tú, hijo de hombre, el día en que yo les quite su fuerza, la alegría de sus glorias, la delicia de sus ojos, el amor de su alma, sus hijos y sus hijas, (Ezequiel 24, 25)

  • En Tafnis se oscurecerá el día, cuando yo despedace allí el cetro de Egipto y se acabe el orgullo de su fuerza. Un nubarrón la cubrirá y sus hijas irán al destierro. (Ezequiel 30, 18)

  • Reduciré la tierra a una soledad desolada y cesará el orgullo de su fuerza. Los montes de Israel serán devastados, sin que haya quien por allí pase. (Ezequiel 33, 28)

  • diciendo: "Bendito sea el nombre de Dios por los siglos de los siglos, pues suyos son el saber y la fuerza. (Daniel 2, 20)

  • A ti, oh Dios de mis padres, te alabo y te doy gracias, porque me has dado sabiduría y fuerza, me has manifestado lo que habíamos pedido y nos has dado a conocer el secreto del rey". (Daniel 2, 23)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina