Gefunden 106 Ergebnisse für: el buen pastor

  • David tomó su cayado, escogió en el torrente cinco piedras bien lisas y las metió en su zurrón de pastor; tomó la honda y avanzó hacia el filisteo. (I Samuel 17, 40)

  • Viendo Saúl que tenía tan buen éxito, le temía; (I Samuel 18, 15)

  • escucha tú en el cielo, perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enséñales el buen camino por donde deben andar y manda la lluvia sobre la tierra que le diste en heredad. (I Reyes 8, 36)

  • Aquellos hombres lo dieron como buen augurio y se apresuraron a tomarle la palabra de la boca, diciendo: "¡Ben Hadad es tu hermano!". Y él añadió: "Id y traédmelo". Ben Hadad se presentó ante Ajab, que le montó en su carro. (I Reyes 20, 33)

  • "He visto a todo Israel disperso por los montes como rebaño sin pastor. Y el Señor decía: Éstos no tienen dueño. Que cada uno vuelva en paz a su casa". (I Reyes 22, 17)

  • Mesa, rey de Moab, era pastor, y pagaba en tributo al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros de lana. (II Reyes 3, 4)

  • Fue un buen refuerzo para David y su tropa, pues eran todos hombres valerosos, y llegaron a ser jefes del ejército. (I Crónicas 12, 22)

  • Tienes a tu disosición buen número de obreros: canteros, escultores, carpinteros y hombres especializados en toda clase de obras. (I Crónicas 22, 15)

  • escucha tú en el cielo, perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enséñales el buen camino por donde deben andar y manda la lluvia sobre la tierra que le diste en heredad. (II Crónicas 6, 27)

  • Miqueas contestó: "He visto a todo Israel disperso por los montes como rebaño sin pastor. El Señor decía: Éstos no tienen dueño; que cada uno vuelva en paz a su casa". (II Crónicas 18, 16)

  • Sepa el rey que nosotros hemos ido a la provincia de Judá, al templo del gran Dios, que se está reconstruyendo con piedras de sillería; ahora están recubriendo de madera las paredes. La obra se va haciendo con esmero y a buen ritmo. (Esdras 5, 8)

  • Bajo el reinado de Asaradón volví a mi casa, y me devolvieron a mi mujer Ana y a mi hijo Tobías. En nuestra fiesta de pentecostés, que es la fiesta santa de las siete semanas, me prepararon un buen banquete, y yo me puse a comer. (Tobías 2, 1)


“O Coração de Jesus não deixará cair no vazio a nossa oração se ela for plena de fé e de confiança.” São Padre Pio de Pietrelcina