Gefunden 450 Ergebnisse für: Josué y los ancianos

  • Todos los ancianos de la ciudad mas proxima al hombre muerto se lavarán las manos en el torrente, sobre la becerra desnucada. (Deuteronomio 21, 6)

  • su padre y su madre le agarrarán y le llevarán afuera donde los ancianos de su ciudad, a la puerta del lugar. (Deuteronomio 21, 19)

  • Dirán a los ancianos de su ciudad: «Este hijo nuestro es rebelde y díscolo, y no nos escucha, es un libertino y un borracho.» (Deuteronomio 21, 20)

  • el padre de la joven y su madre tomarán las pruebas de su virginidad y las descubrirán ante los ancianos de la ciudad, a la puerta. (Deuteronomio 22, 15)

  • El padre de la joven dirá a los ancianos: «Yo di mi hija por esposa a este hombre; él le ha cobrado aversión, (Deuteronomio 22, 16)

  • y ahora le achaca acciones torpes diciendo: "No he encontrado virgen a tu hija." Sin embargo, aquí tenéis las señales de la virginidad de mi hija», y levantarán el paño ante los ancianos de la ciudad. (Deuteronomio 22, 17)

  • Los ancianos de aquella ciudad tomarán a ese hombre, le castigarán, (Deuteronomio 22, 18)

  • Pero si el cuñado se niega a tomarla por mujer, subirá ella a la puerta donde los ancianos y dirá: «Mi cuñado se niega a perpetuar el nombre de su hermano en Israel, no quiere ejercer conmigo su levirato.» (Deuteronomio 25, 7)

  • Los ancianos de su ciudad llamarán a ese hombre y le hablarán. Cuando al comparecer diga: «No quiero tomarla», (Deuteronomio 25, 8)

  • su cuñada se acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará su sandalia del pie, le escupirá a la cara y pronunciará estas palabras: «Así se hace con el hombre que no edifica la casa de su hermano»; (Deuteronomio 25, 9)

  • Moisés y los ancianos de Israel dieron al pueblo esta orden: «Guardad todos los mandamientos que yo os prescribo hoy. (Deuteronomio 27, 1)

  • Aqui estáis hoy todos vosotros en presencia de Yahveh vuestro Dios: vuestros jefes de tribu, vuestros ancianos y vuestros escribas, todos los hombres de Israel, (Deuteronomio 29, 9)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina