Gefunden 268 Ergebnisse für: profetas falsos
Entonces el Señor envió contra Joaquím bandas de caldeos, de arameos, de moabitas y de amonitas; las envió contra Judá para aniquilarla, conforme a la palabra que el Señor había pronunciado por medio de sus servidores los profetas. (II Reyes 24, 2)
‘No toquen a mis ungidos ni maltraten a mis profetas’. (I Crónicas 16, 22)
El rey de Israel reunió a los profetas -unos cuatrocientos hombres- y les preguntó: "¿Podemos ir a combatir contra Ramot de Galaad, o debo desistir?". Ellos respondieron: "Sube, y el Señor la entregará en manos del rey". (II Crónicas 18, 5)
El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, con sus vestiduras reales, sobre la explanada que está a la entrada de la puerta de Samaría, mientras todos los profetas vaticinaban delante de ellos. (II Crónicas 18, 9)
Y todos los profetas vaticinaban en el mismo sentido, diciendo: "¡Sube a Ramot de Galaad y triunfarás! El Señor la entregará en manos del rey". (II Crónicas 18, 11)
El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le dijo: "Mira que las palabras de los profetas anuncian a una sola voz buena fortuna para el rey. Habla tú también como uno de ellos, y anuncia la victoria". (II Crónicas 18, 12)
Él respondió: ‘Iré y seré un espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas’. Entonces el Señor le dijo: ‘Tú lograrás seducirlo. Ve y obra así’. (II Crónicas 18, 21)
Ahora, el Señor ha puesto un espíritu de mentira en la boca de estos profetas, porque él ha decretado tu ruina". (II Crónicas 18, 22)
Al día siguiente, muy de madrugada, salieron hacia el desierto de Técoa. Mientras salían, Josafat se puso de pie y dijo: "¡Escuchen, Judá y habitantes de Jerusalén! Tengan confianza en el Señor, nuestro Dios, y estarán seguros; confíen en sus profetas y triunfarán". (II Crónicas 20, 20)
Les envió profetas que dieron testimonio contra ellos, para que se convirtieran al Señor, pero no quisieron escucharlos. (II Crónicas 24, 19)
El rey instaló a los levitas en el Templo del Señor, con címbalos, arpas y cítaras, como lo habían ordenado David, Gad, el vidente del rey, y el profeta Natán: este era, en efecto, un mandamiento de Dios, que había sido dado por medio de sus profetas. (II Crónicas 29, 25)
Pero ellos escarnecían a los mensajeros de Dios, despreciaban sus palabras y ponían en ridículo a sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo subió a tal punto, que ya no hubo más remedio. (II Crónicas 36, 16)