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Cuando estuvieron reconstruidas las murallas y yo coloqué las hojas de las puertas, fueron instalados porteros, como así también cantores y levitas. (Nehemías 7, 1)
Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. (Salmos 1, 3)
En el follaje de un árbol tupido, unas hojas caen y otras brotan: así son las generaciones de carne y de sangre, una muere y otra nace. (Eclesiástico 14, 18)
porque serán como una encina de hojas secas, como un jardín sin agua. (Isaías 1, 30)
Tu madre se parecía a una vid, plantada al borde de las aguas: desbordada de frutos y de hojas, porque el agua era abundante. (Ezequiel 19, 10)
tenía una puerta doble: eran puertas con dos hojas movibles, dos para una puerta y dos para la otra. (Ezequiel 41, 24)
Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán árboles frutales de todas las especies. No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses producirán nuevos frutos, porque el agua sale del Santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de remedio". (Ezequiel 47, 12)
Él gritaba con fuerza y decía: ‘Derriben el árbol y corten sus ramas, arranquen sus hojas y dispersen sus frutos; que huyan los animales de debajo de él y los pájaros, de sus ramas. (Daniel 4, 11)
Al ver una higuera cerca del camino, se acercó a ella, pero no encontró más que hojas. Entonces le dijo: «Nunca volverás a dar fruto». Y la higuera se secó de inmediato. (Mateo 21, 19)
Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. (Mateo 24, 32)
Al divisar de lejos una higuera cubierta de hojas, se acercó para ver si encontraba algún fruto, pero no había más que hojas; porque no era la época de los higos. (Marcos 11, 13)
Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. (Marcos 13, 28)