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Entonces Dios se acordó de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas empezaron a bajar. (Génesis 8, 1)
Saca también a todos los seres vivientes que están contigo -aves, ganado o cualquier clase de animales que se arrastran por el suelo- y que ellos llenen la tierra, sean fecundos y se multipliquen". (Génesis 8, 17)
Luego Noé levantó un altar al Señor, y tomando animales puros y pájaros puros de todas clases, ofreció holocaustos sobre el altar. (Génesis 8, 20)
Ante ustedes sentirán temor todos los animales de la tierra y todos los pájaros del cielo, todo lo que se mueve por el suelo, y todos los peces del mar: ellos han sido puestos en manos de ustedes. (Génesis 9, 2)
Y yo pediré cuenta de la sangre de cada uno de ustedes: pediré cuenta de ella a todos los animales, y también pediré cuenta al hombre de la vida de su prójimo. (Génesis 9, 5)
y con todos los seres vivientes que están con ustedes: con los pájaros, el ganado y las fieras salvajes; con todos los animales que salieron del arca, en una palabra, con todos los seres vivientes que hay en la tierra. (Génesis 9, 10)
Él trajo todos estos animales, los cortó por la mitad y puso cada mitad una frente a otra, pero no dividió los pájaros. (Génesis 15, 10)
Las aves de rapiña se abalanzaron sobre los animales muertos, pero Abrám las espantó. (Génesis 15, 11)
Cuando se puso el sol y estuvo completamente oscuro, un horno humeante y una antorcha encendida pasaron en medio de los animales descuartizados. (Génesis 15, 17)
Solamente cuando estaban reunidos todos los pastores, podían correrla para dar de beber a los animales. Luego la volvían a poner en su lugar, sobre la boca del pozo. (Génesis 29, 3)
Entonces él les dijo: "Aún es pleno día; todavía no es hora de entrar los animales. ¿Por qué no les dan de beber y los llevan a pastar?". (Génesis 29, 7)
"No podemos hacerlo, dijeron ellos, hasta que no se reúnan todos los pastores y hagan rodar la piedra que está sobre la boca del pozo. Sólo entonces podremos dar de beber a los animales". (Génesis 29, 8)