Gefunden 207 Ergebnisse für: Incienso Sagrado
Feliz y contento por su pesca, le ofrece sacrificios a su red, quema incienso a sus mallas, pues a ellas les debe que haya pescado tanto y tenga que comer en abundancia. (Habacuc 1, 16)
Desde donde sale el sol hasta el ocaso, en cambio, todas las naciones me respetan y en todo el mundo se ofrece a mi Nombre tanto el humo del incienso como una ofrenda pura. Porque mi Nombre es grande en las mismas naciones paganas, dice Yavé de los ejércitos. (Malaquías 1, 11)
¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. (Evangelio según San Mateo 2, 10)
le tocó a él en suerte, según las costumbres de los sacerdotes, entrar en el Santuario del Señor para ofrecer el incienso. (Evangelio según San Lucas 1, 9)
Cuando llegó la hora del incienso, toda la gente estaba orando afuera, en los patios. (Evangelio según San Lucas 1, 10)
En esto se le apareció un ángel del Señor, de pie, al lado derecho del altar del incienso. (Evangelio según San Lucas 1, 11)
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. El templo de Dios es sagrado, y ese templo son ustedes. (1º Carta a los Corintios 3, 17)
¿No saben que los que trabajan en el servicio sagrado son mantenidos por el Templo, y los que sirven al altar reciben su parte de lo que ha sido ofrecido sobre el altar? (1º Carta a los Corintios 9, 13)
Gracias sean dadas a Dios, que siempre nos lleva en el desfile victorioso de Cristo y que por nuestro ministerio difunde por todas partes su conocimiento cual fragancia de incienso. (2º Carta a los Corintios 2, 14)
Pues este servicio de carácter sagrado, no sólo proporcionará a los hermanos lo que necesitan, sino que de él resultarán incontables acciones de gracias a Dios. (2º Carta a los Corintios 9, 12)
el rebelde que se pone por encima de todo lo que es considerado divino y sagrado, que incluso pondrá su trono en el templo de Dios para mostrar que él es Dios. (2º Carta a los Tesalonicenses 2, 4)
Un descanso sagrado, pues, espera todavía al pueblo de Dios, (Carta a los Hebreos 4, 9)