1. ¡Aleluya! Siervos del Señor, alabadlo, alabad el nombre del Señor.

2. Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y por siempre;

3. desde que sale el sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

4. El Señor domina sobre las naciones, su gloria por encima de los cielos.

5. ¿Quién es como el Señor, nuestro Dios, que se sienta en lo alto,

6. y se rebaja para ver los cielos y la tierra?

7. Él levanta del polvo al indigente y saca al pobre del estiércol,

8. para sentarlo con los príncipes, con los príncipes de su pueblo;

9. instala a la estéril en su casa, madre gozosa de toda la familia.





“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina