1. Canto de peregrinación. De David. ¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la Casa del Señor"!

2. Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén.

3. Jerusalén, que fuiste construida como ciudad bien compacta y armoniosa.

4. Allí suben las tribus, las tribus del Señor -según es norma en Israel- para celebrar el nombre del Señor.

5. Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David.

6. Auguren la paz a Jerusalén: "¡Vivan seguros los que te aman!

7. ¡Haya paz en tus muros y seguridad en tus palacios!".

8. Por amor a mis hermanos y amigos, diré: "La paz esté contigo".

9. Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios, buscaré tu felicidad.





“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina